Desde que puedo recordar, siempre me ha gustado cocinar y degustar la comida. No ha sido difícil hacerlo ya que mi madre siempre nos preparó las comidas más deliciosas utilizando sólo ingredientes frescos. Ella ya siguió la corriente de la comida natural y ecológica incluso antes de que existiera ese término.
Ya de adulta, crear nuevas recetas es una de las cosas que me salen de manera natural. ¡Simplemente tengo buena mano para ello! A pesar de todo, no empecé a trabajar en el campo de la gastronomía hasta que me mudé al sur de España desde el centro de Amsterdam con treinta y cinco años.
Durante el tiempo que viví en Amsterdam me sumergí en la vida de ciudad, trabajé en publicidad mientras soñaba despierta con mudarme al extranjero para vivir bajo el sol en alguna ladera en España. Pues bien, fue gracias a la comida que fui capaz de hacer realidad ese sueño.
Durante mi juventud había trabajado como camarera en docenas de bares y restaurantes aunque aún no tenía ninguna formación profesional al respecto, no tenía formación como chef y nunca había cocinado para otros aparte de para amigos y familia. Nada de esto se me pasó por la cabeza cuando decidí presentarme y, finalmente conseguí, el trabajo como chef para un pequeño restaurante a punto de abrir en un B&B a las afueras de Málaga en el 2006.
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